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Estudio de las necesidades tecnológicas para la detección precoz de bulos
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IDEA
En la era digital, donde, por ejemplo en España en enero de 2020, el 95% de la población posee un teléfono inteligente, el acceso a la información en medios digitales está al alcance de la mano. A pesar de que esta sociedad es la más digitalizada y que la información nunca ha estado tan disponible como ahora a nivel global, se está viviendo el paradigma de ser en realidad la sociedad más desinformada por culpa de las noticias falsas. Las noticias falsas o bulos se han convertido en un problema muy grave. Debido a ello, es una cuestión fundamental que la información que se reciba sea veraz y de calidad.
El problema se ve agravado en momentos de crisis, como puede ser la situación de pandemia por el coronavirus. Según las agencias de Fact-checking, durante la situación de la pandemia, más de 6000 bulos han circulado a nivel mundial por los distintos dispositivos móviles y ordenadores. Además, estos bulos, circulan tanto por redes sociales como por noticias en medios digitales y surgen de la necesidad de compartir una información sin ser previamente chequeada, simplemente por el impacto que provoca en el lector que la recibe y que no sólo provoca polarización, sino también permite alimentar burbujas de eco.
Muchos de estos bulos implican a las administraciones, puesto que se vierte información haciendo creer a la sociedad que provienen de dichas administraciones, o trabajadores de las mismas, cuando en realidad son montajes que confunden y pueden llegar a manipular lo que las personas piensen o la forma en la que actúen. Esto es especialmente grave cuando se trata de bulos sobre algunos temas concretos, como por ejemplo los relacionados con la salud, puesto que podrían derivar en un problema de salud pública. Cualquier información vertida en las redes que se haga viral puede suponer un giro en el comportamiento de una sociedad, y eso es muy peligroso cuando la información que produce estos comportamientos es falsa y no ha sido chequeada. Esto hace que sea fundamental trabajar en la detección precoz de noticias falsas y la prevención de su difusión viral.
En este proyecto se plantea analizar las necesidades tecnológicas que permitirían hacer una monitorización de la información que se vierte en la redes, “proveniente” supuestamente de las administraciones locales de la provincia de Alicante, y determinar qué protocolos automáticos serían necesarios para frenar su difusión en caso de ser bulos y refutarlas automáticamente de la manera más eficiente y objetiva posible. Este análisis se realizará de manera agrupada por poblaciones según el número de habitantes, ya que éste será un criterio determinante para definir el alcance de estos bulos, cómo se comporta su viralización según la masa poblacional y cómo afecta a estas poblaciones.
Una vez hecho el análisis inicial, se definiría un plan director que sería aplicado en un municipio seleccionado como piloto, para de esta forma concretar la manera más efectiva de cómo debería abordarse el problema y posteriormente extenderlo a otros municipios.
El objetivo de la segunda edición del proyecto en el 2021 es conformar una plataforma tecnológica que permita crear el entorno de trabajo idóneo para la lucha contra las fakenews en la provincia de Alicante.
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